Las autoridades que organizaron el Congreso mencionaron varias veces su figura y el trabajo de la ANSV en Argentina, ¿Qué cree que aportará este Congreso al país en el futuro?
Básicamente, la posibilidad de compartir experiencias, analizar cómo están los distintos países evolucionando en la materia y aplicarlo a la Seguridad Vial en cada uno de los países.
Argentina siempre se ha destacado, a partir de la decisión política de la Presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) de enviar al Congreso una ley que cree la Agencia Nacional de Seguridad Vial y ponga a la Seguridad Vial como una política de Estado, con ejecución y consecución de logros, con la preponderancia del Ministerio del Interior en este trabajo interjurisdiccional y de su ministro, Florencio Randazzo, por sobre todos los funcionarios de la Agencia. Realmente hay que destacar el empeño que puso y que tiene. Más ahora que se incorpora al ministerio el área de transporte, fue Florencio quien peleó en Diputados para que salga por unanimidad en Senadores.
Eso, sumado a la etapa de presupuesto y el haber entrado en marcha, es algo que muchos países ven como un buen reflejo.
He observado una similitud socioeconómica y también en el aspecto vial con Colombia, ¿En qué opina que nos parecemos y en qué nos diferenciamos?
En general, en nuestros países la idiosincrasia, la infraestructura y las políticas en Seguridad Vial son similares. Hay una diferencia que se da entre los países que son unitarios con los federales por la diferencia normativa y la aplicación de estas normas, pero en general estamos en una misma situación. En Argentina tenemos una política que es interjurisdiccional que se ha tomado desde las máximas autoridades del Estado con el acompañamiento de la sociedad civil y es reflejo para muchos países que son de características federales.
Mientras hacíamos la presentación en el III CISEV yo presentaba el powerpoint que había presentado el Ministro Florencio Randazzo, cuando lanzaba en febrero de 2008 frente a la Presidenta el Plan Nacional de Seguridad Vial, y todos los puntos que se han planteado se cumplieron. Eso, a pesar de que falta mucho en materia de Seguridad Vial (sobre todo en lo que es Educación y cambio cultural), es de destacar.
¿Es usted partidario de apoyar el Plan Nacional de Seguridad Vial de Argentina en la política de Seguridad Vial de algún país europeo en particular?
No, nosotros tenemos que tener nuestro propio Plan Nacional de Seguridad Vial y si seguir los lineamientos del Plan Mundial del Decenio que plantea metas muy rigurosas y un ordenamiento de los objetivos y los trabajos, desde el punto de vista político, de la infraestructura, de la concientización, de la emergentología y también de la ingeniería vehicular para que podamos llevar adelante los países.
Hay que trabajar, mirando las experiencias de otros países pero sobre todo, aplicándolas en el nuestro.
¿Cree que las Escuelas de Conductores pueden aportar positivamente al crecimiento y consolidación del Plan Nacional de Seguridad Vial Argentino?
Son fundamentales. En lo que tienen relacionado y vinculado con la obtención de uno de los objetivos preponderantes que tiene la Agencia que es la implementación de la Licencia Nacional de Conducir. Hay que articular las mejores formar y las más eficientes para que los cursos y la capacitación que se necesita para poder tener el privilegio de conducir y hacerlo con toda la responsabilidad y los conocimientos necesarios, lo que tienen las escuelas. Muchas de carácter municipal, por el esfuerzo de las provincias y los municipios, pero también las escuelas que pueden aportar la capacitación para la obtención de la licencia, favorecen mucho.
Todo lo que hagamos siempre suma y hay que hacer muchísimo. Lo que se hace hoy tal vez resulte insuficiente dado la grave situación de inseguridad vial en todos los países de Iberoamérica, pero es fundamental la educación, sobre todo para poder conducir.
Las escuelas van a tener, en el marco del Plan Nacional de Seguridad Vial, un rol preponderante.
Ing. Pedro Evdemon. Enviado Especial desde Bogotá.